El día que entendí el verdadero valor de tener un seguro
Por
María Mercedes Talavera
Asesora en planificación financiera
Llevaba un par de años hablando con mis clientes sobre lo importante que es tener un respaldo médico si algún día pasa algo, y de la tranquilidad que da saber que, si algo pasa, estás protegido.
Tenía mi propio seguro, claro. Lo contraté pensando: “por si acaso… uno nunca sabe.”
Pero nunca pensé que ese “algún día” me iba a tocar a mí.
Y cuando llegó, entendí que, por más que uno sepa del tema, nada te prepara emocionalmente para enfrentar una situación médica.
Desde entonces, la vida me ha enseñado lo que realmente significa estar preparada.
Mi hija tuvo una situación médica que cambió mi forma de ver todo.
Y en ese momento, entre el miedo, la incertidumbre y los gastos que se acumulaban, entendí el verdadero valor de lo que ya tenía: no solo un seguro, sino tranquilidad.
Porque esa póliza, que hasta ese momento era solo un recibo más cada mes, se convirtió en la diferencia entre el caos y la calma.
Entre poder concentrarme en cuidarla, o tener que preocuparme por cómo pagar.
Esa experiencia me hizo ver algo muy simple: A veces creemos que con tener un seguro “ya está”, pero el verdadero valor está en entender para qué lo tenemos y cómo puede cuidar lo más importante.
En medio de todo pensé: He ayudado a tantas personas a estar preparadas… y hoy soy yo quien necesita ese respaldo.
Fue un recordatorio fuerte de por qué hago lo que hago: porque nadie está exento de que la vida cambie en un segundo.
Y entendí que el verdadero sentido de lo que hago no está solamente en asesorar, sino en ir más allá: dar tranquilidad.
Esa experiencia me llevó a tomar decisiones más conscientes:
- Reforzar la protección de mi familia.
- Empezar a asesorar desde la conciencia.
Porque los seguros no son un lujo. Son una forma de cuidar la vida, los sueños y la tranquilidad.
Se debe planificar por amor, no por pesimismo. Amor por uno mismo, por tus hijos y por tu paz mental.
No se trata de “tener un seguro”.
Se trata de entender su valor y vivir en paz cuando la vida se vuelve incierta.
Y si mi historia puede servir para que alguien lo entienda antes de vivirlo, entonces valió la pena compartirla. 💛
A veces la vida nos detiene para enseñarnos lo que realmente importa. Ese día no entendí todo… pero entendí lo esencial.